Talibán: movimiento integrista musulmán surgido de una escuela coránica pakistaní y desarrollado en afganistán

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MEC. Gisela Aguilar Martínez.

Los talibanes fueron una de las facciones que lucharon en la guerra civil de Afganistán en la década de 1990, después de la retirada de la Unión Soviética. El grupo surgió en 1994 en torno a la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán. Su fundador fue el mulá Mohammad Omar.

Originalmente sacaron a sus miembros de entre ex combatientes de la resistencia afgana, llamados muyahidines, que fueron apoyados por Estados Unidos en su lucha contra las fuerzas soviéticas en la década de 1980. 

Tras la retirada de la Unión Soviética de Afganistán, en 1989, y la caida del gobierno afgano, el país entro en una guerra civil. Los talibanes obtuvieron apoyo con promesas de restaurar el orden y la justicia. En 1994, tomaron el control de la ciudad de Kandahar con poca resistencia, y en 1996, habían capturado la capital, Kabul. 

Este movimiento gobernó de acuerdo con una interpretación rígida de la ley islámica, la Sharia. Las ejecuciones públicas, las flagelaciones, las mujeres tenían prohibido trabajar o estudiar y se les obligaba a usar un traje que lo cubría todo en público, el burka. Prohibieron los libros y películas occidentales y destruyeron artefactos culturales de otras tradiciones, incluidas las estatuas gigantes de Buda de 1.500 años en el valle central de Bamiyán.

Los talibanes dieron refugio al grupo militante al-Qaeda, liderado entonces por Osama Bin Laden. Al-Qaeda estableció campos de entrenamiento en Afganistán, que utilizó para prepararse para ataques terroristas en todo el mundo, incluidos los del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Casi un mes después de los ataques del 11 de Septiembre, Estados Unidos y sus aliados invadieron Afganistán. En diciembre, el gobierno talibán había caído y Estados Unidos comenzó a trabajar con los afganos para establecer un gobierno democrático.

La retirada de las tropas estadounidenses, así como de las de la coalición internacional, dio pie a un imparable avance por parte de los talibanes, que ya se han hecho con el control del Gobierno.

Tras su derrota, los líderes talibanes huyeron a sus bastiones en el sur y este de Afganistán o cruzaron la frontera hacia Pakistán. El grupo militante luego lideró una insurgencia contra el nuevo gobierno afgano respaldado por Estados Unidos, utilizando bombas improvisadas y ataques suicidas.

En el 2020, el gobierno de Estados Unidos negoció un acuerdo con los talibanes después de más de dos décadas de participación militar en Afganistán.

El acuerdo estableció un calendario para la retirada de las tropas estadounidenses del país a cambio de que los talibanes pusieran fin a los ataques contra los estadounidenses y entablaran conversaciones con el gobierno afgano. Sin embargo, meses de conversaciones entre los talibanes y el gobierno afgano no lograron producir ningún acuerdo de paz. 

Las cicatrices del 11 de septiembre son evidentes en todas partes: miles de militares han regresado con prótesis y mentes perturbadas. Las tasas de suicidio han aumentado. Las familias destrozadas por la guerra. En las calles de Estados Unidos hay hombres con vasos rojos de plástico para pedir limosna, muchos de ellos con carteles que dicen que son veteranos de Irak y Afganistán.

Tras 20 años, y con el restablecimiento del control por parte de los talibanes, ¿podrán los historiadores decir en el futuro que el vigésimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas marcó el inicio de una segunda guerra en Afganistán?

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