Indira Kempis
Hace algunos meses, en esta sección, abordamos el tema de compartir el auto. En ciudades cada vez más conglomeradas, con tráfico excesivo y donde la implementación de políticas públicas de sustentabilidad es lenta, necesitamos encontrar alternativas que permitan la movilidad urbana sustentable de otra forma.
En España, bajo un modelo que combina la participación con la tecnología, se han desarrollado plataformas que permiten anunciar la necesidad de trasladarse a un punto de la ciudad, de manera tal, que automáticamente se genere una respuesta por parte de algún conductor que esté dado de alta en el sistema y se encuentre geográficamente cerca.
Afortunadamente, el modelo ahora es parte de un movimiento ciudadano, ubicado en el Distrito Federal, que se llama Aventones (disponible en: http://aventones.com/). De acuerdo con el sitio de Internet “Aventones es un servicio que promueve la cultura de compartir auto dentro de comunidades de confianza, como lo son empresas, universidades e instancias de gobierno. Lo hace a través de un sistema en línea con el cual personas que pertenecen a una misma institución se organizan y comunican entre sí para encontrar coincidencias en rutas, horarios y espacios vacíos de manera segura”.
Aunque a diferencia del modelo español, éste se enfoca a organizaciones específicas que requieran el sistema, la ventaja es su aportación a la reducción del uso excesivo de los automóviles que en ciudades latinoamericanas, como Monterrey, se han registrado en las estadísticas hasta 1 conductor por auto, lo que genera elevados impactos negativos en el medio ambiente tanto como la calidad de vida de sus habitantes. Sujetos a las críticas por los niveles de inseguridad, este grupo de ciudadanos arriesga su talento para apostarle en que puede funcionar y contribuir a la movilidad urbana sustentable.
