Indira Kempis
De acuerdo con el investigador Manuel Castells, “nuestro mundo ha entrado en un nuevo modo de organización vinculado a una revolución tecnológica con su epicentro en las tecnologías de información y comunicación”. Esa es en este tiempo una pieza clave en la reinvención de los comportamientos sociales.
Aunque, a veces intangible, Internet se ha convertido en un espacio donde compartir información no sólo es recurrente y más que necesario, indispensable. De acuerdo con socialeconomics.net, en proporción, para conseguir 50 millones de usuarios en el mundo, la radio se tardó 38 años, la televisión 13 años, e Internet lo consiguió en tan sólo 4 años. No en vano que la propagación del uso, pero también de su impacto a nivel global que ha hecho de esta herramienta uno de los inventos más importantes en la comunicación después de la imprenta.
En nuestro país apenas un tercio de la población tiene acceso a Internet. Sin embargo, la apuesta de algunos tecnólogos mexicanos no sólo es el incremento del acceso, sino diversificar los contenidos y los usos en la información compartida. En este aspecto, se plantean modelos de comunidad avanzados en donde se intentan establecer nuevas maneras de relacionarse a través de la red. Uno de ellos es el gobierno abierto, concepto con el cual se propone una interacción de los gobiernos con la sociedad civil.
Según el artículo Gobierno abierto: Un nuevo panorama para la gobernabilidad del autor Jorge Soto (www.citivox.com), “se crean oportunidades para la transparencia, rendición de cuentas, participación y colaboración a través de un gobierno abierto… Debe ser una filosofía centrada en el ciudadano y una estrategia que sugiere que los mejores resultados se dan cuando se crean alianzas entre ciudadanos y gobiernos, en todos los niveles”.
Tejer estas redes también, según el experto, “incrementa la calidad de los servicios, aumenta la legitimidad, reduce los costos y puede crear capital social”. Esta apuesta por el poner a disposición de los habitantes de la ciudad formas novedosas de interacción y comunicación, pueden ser pasos importantes en nuestra manera de concebir la relación gobierno-ciudadanía en la solución cojunta a la cotidianidad de nuestros problemas citadinos.
