(Fragmentos de artículos aparecidos en la revista Ciencia Conocimiento Tecnología. Recopilación de Félix Ramos Gamiño).
A partir de 1990, hay estudios que indican que las personas que consumen de manera cotidiana cantidades moderadas de vino, presentan una incidencia de enfermedades cardiovasculares inferior en un 30 a 40 por ciento.
José Antonio Castellanos López; edición 51, página 31
Beber vino forma parte de un exquisito ritual con tintes sociales, médicos, religiosos, de poder, cultura, prestigio, entre otros, puesto que es un producto que, bebido en dosis moderadas, resulta antiséptico, tonificante, tranquilizante, euforizante; contribuye al bienestar general, disminuye el colesterol total y aumenta el buen colesterol, y evita la formación de coágulos sanguíneos; es preventivo contra algunos tipos de Alzheimer y de cáncer.
Pilar Meré Palafox; edición 51, página 3
Desde hace cientos de años, se empezó a discutir el efecto benéfico del consumo de alcohol sobre las enfermedades; el potencial benéfico del vino fue reportado desde los tiempos de Paracelsus, Plinius y Galenus. Hipócrates de Kos sugirió la aplicación del vino como un tranquilizador, analgésico y también reportó sus propiedades diuréticas. César recomendaba el vino con miel para proteger a sus soldados de enfermedades gastrointestinales.
Linda Muñoz Espinosa; edición 51, página 32
Desde 1819 se cuenta con evidencia estadística de que la enfermedad coronaria es menor donde se tiene un constante consumo de vino; dicha evidencia se fundamenta en el estudio denominado La paradoja francesa, llevado a cabo en todo el mundo, en el cual se llegó a la siguiente conclusión: aunque los franceses consumen una cantidad igual o mayor de grasa animal a la que consumen los ingleses y los estadounidenses, el número de muertes a causa de enfermedades coronarias en Francia era 2.5 veces menor que en los otros países, con lo que se determinó que la mortalidad provocada por enfermedades del corazón era inversamente proporcional al consumo cotidiano de vino.
José Antonio Castellanos López; edición 51, página 29
El arte de elaborar vino pasó de Egipto a la naciente civilización griega, y con ello se exportó también la terminología que dura hasta nuestro tiempo, porque la palabra “vino” no proviene del latín vinum, sino del griego oinos, que a su vez derivó del idioma arábigo antiguo para dar lugar a los términos “enología”, “enólogo” y “enófilo”, usados para referirse al estudio del vino, al especialista en vinos y al amante de tomar vino, respectivamente.
Juan Manuel Barbarín Castillo; edición 51, página 22
El consumo de vino en México es en extremo pequeño, de tan sólo 300 mililitros de vino per cápita anual, mientras que en Estados Unidos es de ocho litros; en Chile, de 27, y en España, Francia e Italia, de cerca de 50.
José Milmo Garza; edición 51, página 18
La edad del vino en el Continente Americano corresponde a la edad del vino en México. Ésta se inició cuando un grupo de españoles, que en el año de 1574 salieron de Zacatecas rumbo al norte, en busca de oro y plata, se toparon con el Valle de Parras en donde, en lugar de oro, encontraron en medio de aquel tremendo desierto, manantiales de agua pura y una gran cantidad de parras silvestres, por lo que, liderados por el sacerdote jesuita Agustín de Espinareda, decidieron quedarse allí y establecer la Misión de “Santa María de las Parras”. En agosto de 1574, con uvas cosechadas de las parras de la región, se elaboró el primer vino de América.
José Milmo Garza; edición 51, página 16
La segunda mitad del siglo XX es notable por los avances técnicos, tanto en el campo de la viticultura, como en el de la vinicultura, así como por la creciente globalización de la producción del vino. En ningún otro momento de la historia se ha producido tanto vino de tan atractiva calidad.
Sergio Salvador Fernández Delgadillo; edición 50, página 12
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados, y llegan en muchos casos a representar más del 50 por ciento de todas las defunciones; es decir, cada año mueren más personas por problemas cardiovasculares, que de cáncer, accidentes, Sida, neumonía y todas las demás enfermedades juntas. Hoy sabemos que ese riesgo al que todos estamos expuestos, puede ser deducido gracias a una bebida milenaria: el vino.
José Antonio Castellanos López; edición 51, página 30
Las evidencias epidemiológicas acumuladas hasta la fecha, permiten aseverar, con un razonable grado de certeza, que el consumo moderado de bebidas alcohólicas es beneficioso para la salud, muy especialmente para la salud cardiovascular. El vino sería la más beneficiosa de las bebidas alcohólicas, al sumarse el efecto beneficioso de los polifenoles que, entre otras propiedades, son excelentes antioxidantes.
Linda Muñoz Espinosa; edición 51, página 35
VIOLACIÓN
La violación contra niñas, niños y mujeres es el mayor de los abusos dentro de la violencia de género, y el que con mayor frecuencia queda impune, por el temor de las víctimas a denunciarlo.
María Elena Chapa; edición 11, página 8