
MEC Gisela Aguilar Martínez
Cada vez se van descubriendo nuevos trastornos alimenticios, de los cuales tal vez muchas personas los padezcan sin pensar que son anomalías dentro de la dieta diaria. El trastorno de la Drunkorexia se basa en dejar de comer alimentos para compensar las calorías que entran en el cuerpo a través del alcohol en donde finalmente la culpa es lo que lleva a caer en esto.
Este reciente trastorno proviene de las palabras “drunk”, que significa “borracho” en inglés, y el sufijo “orexia”, en relación con el apetito. Su parecido con la anorexia y la bulimia es evidente, ya que quienes lo sufren evitan ingerir calorías provenientes de los alimentos con el objetivo de no engordar, ya que les gusta beber y consideran que el alcohol por sí mismo ya es suficiente.

Este tipo de trastorno se está dando, en el mayor de los casos en mujeres jóvenes, por encima de los hombres de cualquier edad. ¿A qué se debe esto? Se debe a las altas exigencias de la sociedad actual, siendo de buen ver: consumir alcohol para pasárselo bien, ser populares, etc. y a la vez haciendo presión para estar delgado, esbelto y con buena figura prácticamente querer cubrir todo a la vez.
Por ejemplo, una lata de cerveza tiene aproximadamente 110 calorías, un vaso de vino unas 80 calorías y un combinado supera las 200 calorías, muchos adolescentes a dieta escogen estas bebidas frente el plato de garbanzos. El asunto es doblemente preocupante en las mujeres ya que el hígado femenino sufre más por el alcohol, aunque ingiera menos cantidad y durante un tiempo más corto que el hombre. Bebiendo la misma cantidad que el sexo opuesto, la sangre de una mujer absorbe entre un 30 y un 50% más. El corazón se vuelve más vulnerable y con un 60% menos de alcohol puede sufrir la misma cardiopatía.
Para tratar este trastorno, se necesitaría de un experto en salud mental y un nutriólogo, ya que por una parte habría de tratarse el componente de la adicción al alcohol y por otro el de una alimentación saludable.

Es fundamental dar a conocer este trastorno alimentario a la población ya que es muy poco conocido, que se padece en silencio y es difícil de identificar por el entorno. Como la anorexia, bulimia o vigorexia, es peligrosa a nivel nutricional, funcional y cognitivo, provocando situaciones de desnutrición severa y un incremento del daño hepático.
Los efectos que se dan en la salud pueden ser deterioro físico (problemas dentales, caída de cabello, molestias gastrointestinales), irritabilidad o aislamiento social, provocados tanto por la ingesta de alcohol como por la mala alimentación.
Es de gran importancia, que desde las edades más tempranas de la adolescencia, los padres tengan una buena comunicación con sus hijos en general, para alertar y hablar sobre los efectos y el peligro del consumo de alcohol (ya que actualmente cada vez se inicia antes). Cuando se observen estas conductas poco frecuentes y raras en sus hijos deberán intervenir un psicólogo, para tratar la adicción y los problemas asociados, un nutriólogo para restaurar el equilibrio nutricional perdido y un médico de cabecera.

