Misterios Insolutos: El Enigmático Manuscrito de Voynich

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Bautizado como “el libro más misterioso del mundo”, el Manuscrito Voynich contiene más de 200 páginas de pergamino de vívidas ilustraciones a color y prosa manuscrita. Sólo hay un pequeño problema: nadie sabe lo que significa o si acaso tiene algún significado. 

 (Tomado de  The fascinating book of history, de Armchair Digest. Traducción de Félix Ramos Gamiño). 

Fue “descubierto” en 1912, después de haber estado escondido para el mundo por casi 250 años. Un comerciante norteamericano de libros antiguos llamado Wilfried Voynich se encontró con el escrito medieval en un colegio jesuita italiano. De un tamaño de aproximadamente 15 por 22 centímetros, el manuscrito tiene una suave, ligera cubierta de pergamino café, sin marca alguna, sin título y sin alguna indicación de cuándo o quién lo escribió. 

El manuscrito consta de aproximadamente 230 páginas de pergamino amarillento, la mayor parte de las cuales tienen dibujos ricamente coloreados, de plantas extrañas, cuerpos celestiales, y otras materias científicas. Muchas de sus páginas están adornadas con ninfas desnudas, que se bañan en tinas de tamaño personal, dotadas de extraña fontanería. Un texto manuscrito con fluida caligrafía acompaña las ilustraciones.

Aun cuando Voynich era un anticuario experto, quedó desconcertado por el contenido del libro. Incluso hoy, un siglo más tarde, el manuscrito que lleva su nombre sigue siendo un misterio.

 

EXTRAÑA CIENCIA

El misterio que rodea al manuscrito Voynich empieza con su contenido, que se lee (por así decirlo) como un trabajo de una ciencia extraña, en seis “secciones” identificables:

  • Una sección botánica, con dibujos de plantas que ningún experto en la materia ha sido capaz de identificar.
  • Una sección astronómica, con ilustraciones del Sol, la Luna, estrellas y símbolos del Zodíaco, rodeados por ninfas desnudas que se bañan en tinas individuales.
  • Una sección “biológica”, que muestra desconcertantes dibujos anatómicos de cámaras o de órganos conectados por tubos –y que muestra más ninfas que nadan en sus líquidos interiores.
  • Una sección cosmológica, consistente principalmente en incomprensibles dibujos circulares.
  • Una sección farmacéutica en que aparecen dibujos de partes de plantas (hojas, raíces), colocadas junto a contenedores.
  • Una sección de recetas, integrada por párrafos cortos, con estrellas por “bullets” en el margen.

 

Más desconcertantes todavía son las ubicuas ninfas –tal vez un toque amable, pero nadie sabe qué relación tengan con el texto.

 

MUCHOS MISTERIOS, CERO RESPUESTAS

Y tenemos, desde luego, el enigmático texto del manuscrito. Los más grandes criptólogos del mundo han fracasado en el intento por descubrir su significado. Incluso los descifradores de códigos, ingleses y norteamericanos que interpretaron los códigos japoneses y alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, se quedaron atascados. Hasta este día ni una palabra del Manuscrito Voynich ha sido descifrada.

 

Esto, desde luego, ha planteado una serie de interrogantes no resueltas, como, por ejemplo:

  • ¿Quién lo escribió? Una carta encontrada con el manuscrito, fechada en 1666, lo atribuye a Roger Bacon, un fraile franciscano que vivió de 1214 a 1294. Esto ha sido descartado, pues se considera que la fecha de origen del manuscrito está entre 1450 y 1500. Existen tantas teorías sobre quién lo escribió, como ninfas hay en sus páginas. De hecho, algunos creen que Voynich lo urdió todo.
  • ¿Qué es? En primera instancia se pensó que era una descripción codificada de los iniciales descubrimientos científicos de Bacon. Desde entonces, han surgido otras teorías que van desde la de un antiguo libro de oraciones escrito en una lengua germánica híbrida, hasta la de un gran y elaborado engaño (aparte del supuestamente perpetrado por Voynich).
  • ¿Es verdadera escritura? ¿Está compuesto el texto en una variante de un lenguaje conocido, de un lenguaje desaparecido, de un lenguaje críptico, de un lenguaje artificial? ¿Es, por lo contrario, un gran engaño?

¿QUÉ ES LO QUE SABEMOS?

Pese al aura de misterio que rodea al manuscrito, ha sido posible trazar su recorrido a lo largo de los últimos 400 años. El primer propietario de quien se tiene noticia fue el sacro emperador romano Rodolfo II, quien lo compró en 1586. Para 1666, el manuscrito había pasado por una serie de propietarios, hasta llegar a Atanasio Kircher, un erudito jesuita que lo escondió en el colegio en que Voynich lo encontró 250 años después.

Después de pasar por las manos de varios miembros de la casa de Voynich, el manuscrito fue vendido en 1961 a un coleccionista de libros raros, quien pensaba re venderlo en una fortuna. Al no poder encontrar un comprador, lo donó a la Universidad de Yale, donde se encuentra actualmente –aún rodeado de misterio-, en la Biblioteca Beinecke de Libros y Manuscritos Raros.

LA BÚSQUEDA DE SIGNIFICADO CONTINÚA

Hasta la fecha, han continuado los esfuerzos por traducir el Manuscrito de Voynich, pero el manuscrito se resiste a revelar sus secretos, lo que lleva a los expertos a concluir que es un ingenioso engaño o el último código indescifrable. La teoría del engaño ganó terreno en 2004, cuando el doctor Gordon Rugg, un conferencista en computación científica, en la Universidad Keele, dio a conocer que había copiado el Manuscrito Voynich con el uso de un adminículo de baja tecnología, llamado rejilla Cardan.

De acuerdo con Rugg, esto probó que el manuscrito era probablemente un fraude –un volumen de tonterías, creado, tal vez, en un intento por sacarle dinero al emperador Rodolfo II. ¿Misterio solucionado? Parece que el asunto no es tan sencillo. Muchos investigadores no están aún convencidos. Desde luego, tal vez Rugg haya probado que el manuscrito puede ser un engaño. Sin embargo, la posibilidad de que no sea un engaño aún persiste. Por lo tanto, la búsqueda de significado prosigue.

 

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