Por Ismael Vidales Delgado
NOTA.- Este es el último artículo del 2016. Si Dios me presta vida y salud, retorno en enero del 17. Deseo a todas y todos la mejor de las navidades y un año nuevo con mucha salud, todo lo demás llegará por añadidura.
Rosario Castellanos Figueroa nació en la ciudad de México el 25 de mayo de 1925, en el seno de una familia rica. Sin embargo, su vida y obra se remite a Comitán, Chiapas donde se educó y creció a la sombra de su hermano Benjamín quien murió de apendicitis arrancando al padre una frase lapidaria que dejó marcada a Chayito «Ojalá hubiera muerto la niña y no el varón».
En 1950 Rosario se graduó como maestra en Filosofía y Letras en la UNAM e impartió clases en la misma Facultad; más tarde hizo el posgrado en la Universidad de Madrid, fue becaria del Centro Mexicano de Escritores; y trabajó para el Instituto Nacional Indigenista.
Como escritora, cultivó la poesía, la narrativa y el ensayo; colaboró en los suplementos culturales de los principales diarios del país y en revistas especializadas de México y del extranjero. Desde 1948 hasta 1957 escribió solamente poesía que está reunida en “Poesía eres tú”; su primera novela se tituló “Balún Canán” que junto con “Ciudad Real” y “Oficio de tinieblas” forman un trilogía que denuncia el maltrato que sufren los indígenas. También critica fuertemente a la clase media urbana y sus prejuicios en «Los convidados de agosto», y «Álbum de familia». A lo largo de su vida recibió los premios Chiapas, en 1958; Sor Juan Inés de la Cruz, 1962; Xavier Villaurrutia, 1961; Elías Sourasky, 1972 y el Carlos Trouyet, 1973.
Su posicionamiento ético a favor de la mujer está más que evidente en su obra “Mujer que sabe latín” que invoca en el título el refrán popular “Mujer que sabe latín, no tiene marido, ni tiene buen fin” en el que se evidencia la marca que dejó en su alma aquella frase pronunciada por su padre al morir su hermano Benjamín.
Rosario se enamoró perdidamente de Ricardo Guerra, él no correspondió de la manera que ella deseaba, incluso se casó con otra mujer, pero Rosario no se dio por vencida, las 73 cartas, escritas entre 1950-1958 y 1966-1967, son testimonio del gran amor que le profesó a Ricardo (CONACULTA publicó “Cartas a Ricardo” que en 600 páginas recoge casi en su totalidad las cartas de amor que Rosario enviaba a Ricardo y algunas que él le regresó. Con prólogo de Elena Poniatowska). Se casaron en 1958, de sus múltiples embarazos sólo vivió Gabriel, pero las continuas fricciones con su esposo la envolvían en fuertes depresiones, ella se culpaba, bien fuera por ser fea o por tener un cuerpo poco atractivo o por sus continuas escenas de celos. Su tragedia la llevó a refugiarse en el Valium 10, a internamientos frecuentes en el hospital psiquiátrico y a intentos de suicidio… a su Gabriel, le dedicó los siguientes versos “Soy madre de Gabriel: ya usted lo sabe, ese niño que un día se erigirá en juez inapelable y que acaso, además, ejerza de verdugo. Mientras tanto lo amo.”
Cansada de tanto sufrimiento, Rosario solicitó el divorcio a Ricardo en 1971, luego escribió un largo poema titulado “Lamentación de Dido” inspirada en “La Eneida” de Virgilio, en la que Dido es la mujer que Eneas abandonó después de haber sido recibido junto con sus acompañantes, colmado de regalos y complacido por la propia Dido, la deja sumida en el vacío, y ella se incinera. Castellanos termina el poema en prosa con los siguientes versos: “Ah, sería preferible morir. Pero yo sé que para mí no hay muerte. Porque el dolor -¿qué otra cosa soy más que dolor?- me ha hecho eterna.”
El 7 de agosto de 1974, (nombrada por Luis Echeverría) Rosario era embajadora de México en Israel, vivía en Tel Aviv la capital de esta nación y al tratar de encender una lámpara, habiendo salido del baño aún húmeda y con los pies descalzos, olvidó que en ese país la corriente eléctrica es de 220 wats, la descarga eléctrica fue fatal. Su chofer llamó a la ambulancia que la recogió aún con vida pero Rosario murió en el trayecto al hospital. Como siempre, algunos críticos insinuaron que probablemente se había suicidado, ya que después de 13 años de matrimonio se había divorciado y su hijo quedó bajo la custodia del padre que según dijo la prensa le impidió asistir al sepelio de su madre.
Los restos de Rosario Castellanos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de México, desde 1979. El 11 de marzo de 2011 se instituyó (por Felipe Calderón) el Premio “Rosario Castellanos a la Trayectoria Cultural de la Mujer”.
Jaime Sabines, el enorme poeta y amigo de Rosario escribió el siguiente… “Recado a Rosario Castellanos” que dice así: “Sólo una tonta podía dedicar su vida a la soledad y al amor. Sólo una tonta podía morirse al tocar una lámpara, sí, lámpara encendida, desperdiciada lámpara de día eras tú. / Retonta por desvalida, por inerme, por estar ofreciendo tu canasta de frutas a los árboles, tu agua al manantial, tu calor al desierto, tus alas a los pájaros./ Retonta, rechayito, remadre de tu hijo y de ti misma. Huérfana y sola como en las novelas, presumiendo de tigre, ratoncito, no dejándote ver por tu sonrisa, poniéndote corazas transparentes, colchas de terciopelo y de palabras sobre tu desnudez estremecida. / ¡Cómo te quiero, Chayo, cómo duele pensar que traen tu cuerpo! -así se dice- (¿Dónde dejaron tu alma? ¿No es posible rasparla de la lámpara, recogerla del piso con una escoba? ¿Qué, no tiene escobas la Embajada?) ¡Cómo duele, te digo, que te traigan, te pongan, te coloquen, te manejen, te lleven de honra en honra funerarias! (¡No me vayan a hacer a mí esa cosa de los Hombres Ilustres, con una chingada!) ¡Cómo duele, Chayito! ¿Y esto es todo? ¡Claro que es todo, es todo! / Lo bueno es que hablan bien en el Excélsior y estoy seguro de que algunos lloran, te van a dedicar tus suplementos, poemas mejores que éste, estudios, glosas, ¡qué gran publicidad tienes ahora! / La próxima vez que platiquemos te diré todo el resto. Ya no estoy enojado. / Hace mucho calor en Sinaloa. Voy a irme a la alberca a echarme un trago.”
Nota: Existe una entrevista al Dr. Ricardo Guerra Tejada (Fallecido el 30 de mayo de 2007) en la que se expresa caballerosamente de Rosario y no profundiza en el tema de su matrimonio ni en nada personal.
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