Residuos plásticos en el océano dañan severamente a especies marinas

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MEC Gisela Aguilar Martínez

La gran mancha de basura basa en polímeros del Pacífico se ha convertido en materia de leyenda. Esta zona de residuos marinos está siendo arrastrada por las corrientes del Pacífico Norte y ha sido descrita como una isla flotante de basura del tamaño de Rusia.

Estos pequeños polímeros son  fragmentos lo suficientemente pequeños como para mezclarse con el plancton, diminutos organismos que forman parte de la cadena alimenticia que son el sustento de muchas especies marinas.

Se han encontrado miles de fragmentos de microplástico por kilómetro cuadrado en esta gran mancha de basura, y la vida marina está plagada de esos residuos microscópicos los cuales están entrando a los estómagos de dichas especies, dejando lamentables resultados.

Son millones de toneladas de plástico las que entran al medio marino cada año, y la cifra va en aumento. Se estima que en el 2014 se produjeron 311 millones de toneladas de plástico, una cifra que se duplicará dentro de 20 años, y proyecta que en los océanos habrá más plástico que peces para el año 2050, esto sería un impacto muy fuete para los ecosistemas marinos del planeta.

El plástico es un material que tiene una longevidad potencial de siglos. No se biodegrada, sino que se fotodegrada con la luz solar, desintegrándose en trozos cada vez más pequeños, que atraen a las toxinas y metales pesados a medida que viajan sobre las mareas haciendo que se mezcle con el alimento y las especies marinas la integren dentro de su dieta diaria.

Esta plaga de plastico se ha encontrado en el lecho del mar Mediterráneo, en las costas de Bermuda y en la isla de Lord Howe en el mar de Tasmania, patrimonio mundial que se ha visto gravemente afectado. Estos lugares son los que están documentados, pero a cuantos lugares más no se extiende esta marea de basura.

Pero el hallazgo más preocupante se dio en la isla Tuvalu en el Pacífico Sur.

Tuvalu, en el Pacifico Sur es un área preocupante. Esta isla fue alguna vez un lugar de belleza prístina y virgen. Pero la isla carece de la infraestructura para deshacerse del plástico que importa, que se ha convertido en un serio peligro para la población local.

Los estudios han mostrado que una cuarta parte de los pescados y mariscos que se venden en los mercados de California e Indonesia contienen plástico, y aunque esto todavía no se ha traducido en advertencias de salud pública, las pruebas han demostrado que la ingestión puede causar tumores en animales de laboratorio. Es inimaginable la cantidad de trastornos que le podría causar al ser humano esta basura acuática.

El microplásticos está en el aire que respiramos, se ha convertido en parte de la tierra y del reino animal.

Es imposible contabilizar las muertes en los mares toda vez que las criaturas débiles y agonizantes se consumen muy rápidamente.  La ONU estima de que el plástico mata cerca de un millón de criaturas marinas al año.

Si no se hace nada, algunas especies desaparecerán ya que la cantidad de muertes de focas y ballenas en peligro de extinción por ingestión o mallas plastificadas van en incremento.

Aproximadamente el 80% de los residuos plásticos en los océanos se origina en tierra, con tasas de reciclaje bajísimas, en Estados Unidos sólo el 9% del plástico se recicla, según la agencia de protección ambiental de ese país. Limpiar el océano es como trapear el suelo con el grifo aún abierto.

Los albatros una especie de aves de la isla de Midway alimentan a sus polluelos con objetos de plástico que confunden con comida. Una tragedia muy metafórica a varios niveles.

En los vientres de estos animales se pueden encontrar desde tapas de gaseosas y bolsas, hasta popotes  incrustados en sus fosas nasales. Las aves, los peces, delfines o tortugas, suelen confundir el plástico con comida o simplemente, pueden morir enredados y asfixiados. Un pescado contaminado con plástico podría estar en nuestro propio plato de comida.

Si la gente se da cuenta de lo fácil que es hacer cambios, y si entienden las consecuencias de no hacerlo, querrán cambiar. Si la cultura no cambia de forma inminente, más comunidades enfrentarán un terrible destino.

Uno de los objetivos más importantes es dejar de usar los plásticos de un solo uso, aunque en la práctica nos parezca difícil.

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