La Comisión Europea (institución ejecutiva del poder comunitario y responde políticamente al Parlamento Europeo) ubicada en Bruselas, Bélgica, sufrió un ataque matutino que canceló sus operaciones de computación y que arriesgó los documentos secretos almacenados.
Todo lo anterior generó reacciones muy violentas desde la presidencia ubicada en el gobierno francés y consolidó una respuesta inmediata de expertos en seguridad tecnológica y de informática para evitar que estos riesgos se presenten y desequilibren la estabilidad política y seguridad de las naciones europeas.
La guerra cibernética es una realidad y hay que prepararse para ella; de igual manera en que se hizo el sistema antimisiles, los gobiernos tienen que desarrollar un sistema en contra de los ataques cibernéticos.