El Dr. Albert Sasson, experto reconocido internacionalmente, Presidente de la Red BioEuroLatina y asesor de los Congresos y Exhibiciones Internacionales de Biotecnología, BioMonterrey, en su último libro titulado “Health Care, Food and Nutrition: Opportunities and Challenges for the Life Sciences and Biotechnology”, publicado en el 2011 con el apoyo de la Academia de Ciencia y Tecnología Hassan II, Rabat, Marruecos y el Centro para el Estudio de la Sustentabilidad Global de la Universidad Sains de Malasia, Penang, Malasia, asegura que la Biotecnología ha pasado por cuatro revoluciones.
La primera revolución de la biotecnología, escribe Sasson, ocurrió durante la segunda parte del Siglo XIX, gracias a los descubrimientos e innovaciones realizadas por Louis Pasteur (1822-1895) y algunos de sus colaboradores o científicos y médicos contemporáneos (p.e. Robert Koch, 1843-1910; Emile Roux, 1853-1903; Shibasaburo Kitasato, 1856-1931) en las áreas de la microbiología (fermentación de alimentos y bebidas, enfermedades bacterianas), la vacunación y la inmunología, la microbiología ambiental (ciclo del nitrógeno).
La segunda revolución de la biotecnología, continúa Sasson, empezó con el descubrimiento y la producción de los antibióticos (Alexander Fleming, 1881-1955, penicilina; Salman Wasksman, estreptomicina). La manufactura industrial de un amplio rango de antibióticos ha contribuido y sigue aun contribuyendo al control de muchas enfermedades infecciosas humanas y animales. Existe una búsqueda permanente de nuevos antibióticos para vencer la resistencia que desarrollan muchos patógenos a estas moléculas. La biología molecular y la genética aplicadas a entender mejor el mecanismo de resistencia, incluyendo la identificación y el aislamiento de los genes de la resistencia (gracias a la secuenciación del genoma completo de los patógenos microbianos) han contribuido a encarar el gran reto de controlar el contagio de las enfermedades infecciosas. El uso apropiado de los antibióticos también genera debates clínicos y financieros. Viendo retrospectivamente, concluye Sasson, no hay duda de que la segunda ola de la biotecnología médica ha sido muy útil en el control global de las enfermedades humanas y animales.
La tercera revolución de la biotecnología, continúa Sasson, empezó cuando, en 1953, James Watson, Francis Crick, Maurice Wilkins y Rosalind Franklin describieron la estructura del ADN. Eso hizo que la biología celular y molecular establecieran las bases de la bioindustria. La secuenciación del genoma humano, en el 2001, precedida y seguida de la secuenciación de muchos genomas microbianos y animales, asegura Sasson, anunció una era de innovación respecto al diagnóstico, prevención, predicción y cura de las enfermedades humanas.
En la actualidad está ocurriendo una cuarta revolución: la convergencia de la biología y la ingeniería, afirma Sasson. Phillip Sharp, recipiente del Premio Nobel que trabaja en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) cree que las herramientas que han transformado a las ciencias físicas, i.e. las tecnologías de la información, los materiales avanzados, la imagenología, la nanotecnología, y el modelamiento y la simulación sofisticados, están a punto de ser traídas para ser aplicadas en las ciencias de la vida. Robert Langer, un bioquímico del MIT que posee 500 patentes en tecnologías médicas y biotecnologías y ha generado o apoyado a mas de 100 nuevas empresas, considera que la innovación en las tecnologías médicas está a punto de despegar.
Por ejemplo, continúa Sasson, investigadores del MIT liderados por Michael J. Cima han creado prototipos para monitorear el cáncer del tamaño de un grano de arroz, que caben fácilmente dentro del conducto de una aguja para biopsias. Esas pequeñas partículas recubiertas pueden ligarse a moléculas relacionadas con el cáncer generando minúsculos grumos que pueden ser detectados por una técnica no invasiva tal como la resonancia magnética nuclear (RMN), concluye Sasson.