Las TICs en la Biblioteca del Tecnológico de Monterrey

Spread the love

Por Ingeniero Miguel Ángel Arreola González Director / Biblioteca del Tecnológico de Monterrey

Recientemente, Steve Ballmer, presidente ejecutivo de Microsoft, dijo: «La industria tecnológica atraviesa una ola de innovación… Esta revolución comenzó en 1950… Pocas revoluciones en el mundo han tenido un ritmo tan veloz y una innovación tan grande.» (Cuen, 2010)

La revolución a la que Ballmer hace referencia empezó a tener sus efectos en la biblioteca del Tecnológico de Monterrey a mediados de los años 70 del siglo pasado. En aquel entonces, se decidió poner la biblioteca bajo la tutela de la naciente Dirección de Informática; un paso audaz, ya que ninguna universidad lo había hecho antes, y se cuestionaba si realmente era necesario.

En este escrito hago una breve reseña del papel de las TICs como herramientas imprescindibles en el desarrollo de la biblioteca. De alguna manera, el recuento, si bien no exhaustivo, justifica con creces esa decisión de entonces. El día hoy, y desde hace casi diez años, la biblioteca se encuentra dentro de la Dirección Académica, muy cerca del salón de clases y del laboratorio; sin embargo, las secuelas de su pasado tecnológico están más presentes que nunca, pues las TICs han sido aliadas omnipresentes en la vida diaria de la biblioteca.

 CONSULTA A BASES DE DATOS; LAS PRIMERAS COMPUTADORAS PERSONALES

Para 1979 se inauguró en la biblioteca el servicio SECOBI-CONACYT, que consistía en la consulta a bases de datos, mediante el uso de una terminal con teclado, impresora y un módem acústico. Para un investigador, el costo de este servicio era significativo, ya que se requería de llamadas de larga distancia y pagar por horas, en dólares, el uso de las bases de datos.

El Campus, luego de tener una sola computadora central, se llenó de cientos de computadoras personales. A principios de los 80, el cuarto piso de la biblioteca era una gran sala de cómputo, con más de 300 Apple II y decenas de impresoras; algunos años después, se cambió el equipo por computadoras Macintosh.

REDES LOCALES Y CDROM

Más adelante, se inició la instalación de las primeras redes locales. Así, la biblioteca contó con una de las primeras redes o LANs en la ciudad; rápidamente, los edificios del campus contaron con PCs en red, por lo que surgió la oportunidad de comprar una docena de lectores de CDROM y formar la primera versión de una biblioteca electrónica. En esos años, contábamos primordialmente con información referencial, y conforme la tecnología fue evolucionando, terminamos con “rocolas” o jukeboxes, con más de mil 200 CDROM en nuestra red del Campus; luego dimos el salto a Internet con nuestra biblioteca digital.

Regreso unos años, a 1985, donde meses después de la adquisición del primer CDROM en venta, la Enciclopedia Grolier, inauguramos el primer catálogo automatizado, lo que vino a desplazar los llamados ficheros. Los empezamos a conformar a partir de tarjetas catalográficas, que desde 1983 imprimíamos con una PC, una impresora de puntos y un procesador de palabras desarrollado por un profesor y dos estudiantes del Tecnológico. Después de los CDROM, y sin dejar de usarlos, entramos en la era de Internet.

INTERNET

En la biblioteca empezamos a explotar la información de la red o de la supercarretera de la información, como llamábamos en sus inicios a Internet. Usábamos Gopher; luego, Veronica, y, finalmente, el primer navegador de Internet: Mosaic. En 1999, aprovechamos esta nueva tecnología, y dada mi posición como director de la Biblioteca, siendo ingeniero químico y de sistemas (computacionales), bajo la Dirección de Informática y con el apoyo de un excelente equipo de ingenieros en sistemas, diseñé y puse en operación la primera biblioteca digital en México, que daba servicio a la totalidad de los campus del Sistema Tecnológico de Monterrey.

BIBLIOTECA DIGITAL

Esta biblioteca digital vino a sumarse al esfuerzo iniciado en 1994, cuando automatizamos el cien por ciento de las operaciones de la biblioteca, gracias al software de la empresa Innovative Interfaces. La introducción de este software tuvo efectos dramáticos en los servicios, pues pudimos tener en nuestro catálogo todos los recursos de información de la biblioteca: libros, publicaciones periódicas, videos, CDs, CDROMs, mapas y demás materiales; este catálogo se podía consultar en cualquier lugar del mundo donde hubiera acceso a Internet; incluso, los usuarios podían renovar el préstamo de sus libros por este medio. En otras áreas de la biblioteca, la productividad se multiplicó. Concretamente, se pueden señalar los casos de las operaciones de Catalogación y de Circulación o préstamo y devolución de materiales.

Al momento de arrancar este sistema de información, los estudiantes entendieron el porqué de los códigos de barras que habíamos estado colocando en los materiales desde dos años antes.

PUBLICACIONES PERIÓDICAS Y LIBROS ELECTRÓNICOS

Hoy en día, y desde hace más de 12 años, hasta el 95 por ciento de los préstamos externos de libros se hacen a través de una máquina parecida a los cajeros automáticos: el autoservicio de préstamo.

 En 1990 incursionamos en el campo del video digital; adquirimos una serie de video discos que controlábamos con una computadora Macintosh; así se creó un servicio de consulta interactivo que bautizamos como Los Museos del Mundo. En este servicio, el usuario hacía consultas usando el software Hypercard, precursor del concepto de hiperligas, que permitía la consulta no lineal de una obra.

Era realmente impactante para la época ver cómo, por ejemplo, al pulsar la palabra «Monet”, en la pantalla de la TV aparecía un video que mostraba las obras del pintor en un museo; adicionalmente, se podía leer en la pantalla de la PC una ficha biográfica del mismo y la descripción de sus obras. Era como navegar hoy por Internet, sólo que hace 20 años, y antes del desarrollo tecnológico que lo permitió tiempo después.

Apenas había iniciado el siglo XXI, cuando compramos los primeros libros electrónicos; o, mejor dicho, la primera biblioteca de libros electrónicos. Desde entonces, la política de adquisición de libros es ésta: cuando un profesor, investigador o estudiante solicita la compra de un libro, primero procuramos comprarlo en forma electrónica; si no está disponible, lo compramos en papel.

PORTAL Y REDES SOCIALES

Actualmente, el uso de tecnología de información en la biblioteca es tan cotidiano como el uso del teléfono; o, más aún, como el uso de electricidad. Los libros y demás materiales se adquieren y pagan a través de Internet. Más del 90 por ciento del presupuesto de adquisiciones se ejerce en la compra de libros y revistas electrónicas. Contamos con miles de títulos de revistas y libros electrónicos. Se ofrece el servicio de Referencia a través de chat y correo electrónico. La Biblioteca Digital cuenta con más de 100 bases de datos en todas las disciplinas, y con materiales en video, imágenes, texto, mapas, etcétera.

Hemos estado digitalizando acervos propios; entre ellos, tesis, fotografías y documentos históricos. Tenemos un portal de servicios que, como su nombre lo indica, es una gran puerta a la biblioteca, a sus colecciones, a sus servicios y a su personal: http://biblioteca.mty.itesm.mx/

 Lo más importante es la gran variedad, profundidad, oportunidad y ubicuidad de servicio que reciben nuestros profesores, investigadores y estudiantes gracias al uso intensivo de las TICs.

 Así es como he tratado de escribir un muy breve resumen de las TICs en la biblioteca del Tecnológico y cómo esto ha contribuido en la labor de enseñanza e investigación del Instituto y de su Misión.

Works Cited

Cuen, D. (2010, Octubre 5). El futuro de la computación está en la nube. Recuperado en Octubre 5, 2010, de BBC Mundo:

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/10/101005_0955_microsoft_steve_ballmer_nube_londres_dc.shtml

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back To Top