Estudios recientes de la psicóloga Agneta Sandström de la Universidad Umea en Suecia, muestran datos interesantes en relación a mujeres que están sujetas al estrés durante la mayor parte del día y que sufren la fatiga crónica y el síndrome de agotamiento.
Lo anterior en comparación con las mujeres que sufren de depresión y que ambos síndromes se confundía y se súper imponían, razón por la cual había que diferenciarlos y tratarlos de forma distinta.
Sandström les pidió a las mujeres con síndrome de fatiga y aquellas con depresión, a que completaran un test de la memoria. Tanto las deprimidas como las exhaustas, encontraron difícil recordar pequeños detalles, cuando se compararon con las pacientes normales. Sin embargo, aquellas con síndrome de agotamiento, tienen una actividad cerebral más baja medida por resonancia magnética funcional, que aquellas que tienen depresión.
Además las mujeres con depresión tienden a dormir bien y levantarse muy temprano, mientras que las mujeres con síndrome de agotamiento tienden a tener insomnios prolongados y sufrir trastornos del sueño.
Estas conclusiones implican tratamientos distintos, pues para aquellas personas con síndrome de agotamiento, el mejor tratamiento es parar su trabajo cada 2 horas y dejar su mente descansar a través de la meditación, mientras que para aquellas con depresión el tratamiento es más complejo, pues requiere psicoterapia y uso de fármacos para evitar problemas posteriores.