Retos de la gobernabilidad

Spread the love

Omar Suro

El concepto de gobernabilidad aunque no se ha precisado, los diversos autores interpretan como una serie de condiciones que deben prevalecer al interior del estado que garanticen la satisfacción plena de la sociedad en los ámbitos social  político, cultural, económico. Abarca también los mecanismos, procesos y condiciones que hagan posible la gestión de los recursos y los insumos para desarrollo del estado. 

Uno de los aspectos a los que se orienta la gobernabilidad en términos políticos, tienen que ver con la democracia. En su concepción más amplia y citando a Roberth Dahl, la idea de la libertad, sus expresiones, manifestaciones y respeto institucional, hacia esas formas diversas de pensar y actuar. 

La democracia entendida como el respeto institucional, con la solidez que representan las fuerzas de la seguridad y el sistema y la cultura política que hagan posible una idea más amplia del quehacer democrático.

El contexto actual supone una serie de condiciones que hacen necesario un análisis más profundo sobre la acción del Estado. Los procesos de transición y consolidación democrática por los que han pasado y están pasando diversos países, la adopción de una economía de mercado abierta al mundo como la fórmula para lograr el desarrollo, y con la puesta en marcha de políticas económicas conducentes a producir los ajustes estructurales.

La mundialización de la economía de mercado y la internacionalización de las decisiones económicas, la revolución tecnológica y la consiguiente readecuación de las economías y los mercados nacionales e internacionales de trabajo, la delegación de parte del poder político de los Estados nacionales a órganos supranacionales o a poderes locales, la proliferación de acuerdos o tratados comerciales, la creación de una red de comunicaciones que cubre ya gran parte del mundo, están cambiando radicalmente la sociedad y la política de prácticamente todos los países y han contribuido al surgimiento de una nueva cultura.

Esas tendencias y procesos, además de los ajustes estructurales necesarios para adaptar la economía a ellos, han tenido efectos negativos en los niveles y las condiciones de vida de diversos grupos sociales. En muchos casos, han venido a aumentar las desigualdades y creado nuevas formas de exclusión social.

Por otro lado, la ampliación del número de países que han adoptado la democracia representativa como forma de gobierno no puede conducir a olvidar que no estamos frente a un determinismo histórico. Tanto en la economía como en la política se trata de procesos en evolución con contradicciones internas y sujetos a cambios.

En ese contexto, la gobernabilidad de la democracia deja de ser sólo el problema de la estabilidad política en el corto plazo de los gobiernos, (esta) está directamente relacionada con la capacidad de las instituciones políticas y sociales para, por un lado, agregar y articular intereses y, por otro, regular y resolver los conflictos entre ellos. Sin embargo, cuando se la examina desde una perspectiva de largo plazo y en el contexto económico, político y social actual, pasa a ser inseparable de la capacidad de los gobiernos para conducir los procesos y actores sociales hacia el desarrollo, la equidad y la consolidación de las instituciones democráticas, ajustándose a las reglas del juego democrático y resolviendo de acuerdo a ellas los conflictos de intereses y valores que surjan en torno a esas metas. Por consiguiente, se trata de una gobernabilidad positiva, orientada a crear un nuevo orden para la dignidad de todos y que implica inevitablemente un proyecto ético.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back To Top