MEC Gisela Aguilar Martínez
Después de casi 15 meses de estar bajo el régimen de la pandemia, ya se vislumbra el regreso a clases presenciales en varias entidades federativas, por ende, empiezan las recomendaciones a los padres de familia para restablecer las rutinas y reglas previas al confinamiento causada por el COVID-19, a fin de cuidar la higiene del sueño de niñas, niños y adolescentes.
La idea es que los niños no anden con sueño o mal humorados por un cambio brusco en su rutina. Después de un periodo vacacional o un confinamiento donde se dejan de lado algunas reglas, deben recuperarse horarios y rutinas habituales de 10 a 15 días antes del regreso a las actividades comunes, lo cual permitirá regular el sueño en los menores.
El sueño es un proceso fisiológico extremadamente importante en niños y adolescentes porque necesitan tener un buen descanso en su desarrollo físico y del sistema nervioso central, el cual es muy activo en diversas partes de su vida.
El tener una buena rutina de descanso es como tener una buena higiene del sueño, y va a depender de la edad que tenga el menor, mientras más pequeños, deben dormir más horas. Sin embargo, lo mínimo recomendado son 8 horas.
Las alteraciones del sueño van ligadas a trastornos afectivos en la mayoría de las ocasiones; por ello al presentarse cambios importantes en la conducta, los padres deben de atender estos indicadores para desarrollar las medidas básicas.
Para facilitar este proceso, lo primero es tener una charla con los niños y prepararlos para el ingreso a clases, siendo necesario establecer ciertos acuerdos con los horarios.
Los papás deben de estar atentos si existe alguna alteración en los patrones del sueño de manera súbita en sus hijos, en su conducta, rutinas, en la relación con las personas con quienes más convivencia tienen, si hay irritabilidad o no tiene el mismo rendimiento.
Se aconseja establecer una rutina semanal en donde el menor goce de un horario en familia, en la ingesta de sus alimentos, para levantarse y asearse, vestirse, lavarse los dientes y revisar que la mochila cuente con los materiales escolares, además de contar con un horario de traslado a la escuela.
Las cuestiones alimenticias también deben de regularse, es parte de los buenos hábitos, es por eso que es necesario, ir implementandi estas rutinas poco a poco en el niño, levantándolo un poco más temprano cada día, fijar un horario de desayuno similar al que tiene cuando va a clases y darle tiempos de almuerzo y recreación adecuados y que sean compatibles con su año escolar.
Se les pueden empezar a inculcar el implementar medidas higiénicas para cuando el niño regrese a casa, como inmediato retiro de la ropa, bañarse antes de entrar en áreas comunes, cambiarse de vestimenta, hacer énfasis en el lavado de manos y sanitización de artículos escolares, entre otros, complementó.
De acuerdo con el horario manejado en cada hogar, a niños y adolescentes se les deben establecer hábitos para comer en familia, ayudar a lavar los trastes y otras actividades en donde pueda colaborar.
Además, es necesario suspender el uso de celulares o la televisión, y eliminar los ruidos en el hogar, de manera de ir protegiendo y acondicionando el espacio donde el niño se va a dormir.