Paseo de la Reforma versus segundo niveles

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Por: Max Navarro de la T.
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El modelo urbano que México y Latinoamérica han desarrollado en las últimas 6 décadas, está íntimamente ligado a la movilidad vehicular, derivado de haber zonificado las ciudades siguiendo el modelo urbano de los Estados Unidos, el cual desarrolla ciudades extensas, con bajas densidades de construcción articuladas por una extensa y larga red de vialidades.
Al salir de casa al trabajo o la escuela todos los días, nos enfrentamos a nuestra dura realidad urbana: congestión vehicular, pérdida de nuestro tiempo personal en largos traslados en la ciudad y contaminación mayor cada día.

 

La solución en opinión de expertos en movilidad no son la construcción de puentes a desnivel ni segundos pisos, la evidencia de esta afirmación es la tendencia en el mundo la cual demuele freeways o autopistas elevadas y los sustituyen por boulevares.

 

El modelo urbano norteamericano, construyo en la década de los 60´s la gran mayoría de freeways que conectan y atraviesan sus ciudades, hoy 50 años después, se sabe que cada autopista elevada que atraviesa una ciudad deja una secuela de problemas sociales, urbanos y desinversión privada al lado de las enormes estructuras de concreto. La solución es sustituir estas autopistas elevadas por una red de caminos a nivel, en donde los boulevares son la estructura principal que atrae beneficios sociales y de inversión a las ciudades que deciden hacerlo.
Toronto, Tokio, Seúl, Milwaukee, San Francisco y Nueva York son algunas de las ciudades que ya lo han hecho, han cambiado la cara de sus ciudades demoliendo las estructuras viales que hoy estamos construyendo en México para “resolver” el problema vial.
El sistema alternativo para dejar de usar los freeways en estas ciudades es la construcción de boulevares, los cuales han demostrado su eficiencia en términos de dispersar el trafico activando inversiones inmobiliarias que ofrecen empleos de calidad en un entorno urbano amable e incluyente al ser humano, las autopistas elevadas solo atienden al automóvil segregando espacios urbanos y generando delincuencia y grafitis en su entorno.

 

El gran paradigma es que México está construyendo su versión de las autopistas elevadas, las cuales les llama segundos pisos, como la solución de movilidad que resolverá los embotellamientos que a diario se dan en la ciudad. Las experiencias internacionales demuestran dos cosas, la primera es que no se va a resolver los embotellamientos diarios y segundo es que es una solución ineficiente ya que concentra el tráfico vehicular en una sola ruta, la movilidad vehicular en los países que van a la vanguardia en este tema, dispersan el trafico en una red de caminos, no la concentra.

 

La Setravi (secretaria de transporte y vialidad del DDF) realizo una encuesta en 2010, evaluó de qué manera se transporta la población en la zona metropolitana de la ciudad de México, los resultados fueron contundentes, el 80 % de la población no se transporta en automóvil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La reflexión en base a este estudio es que cada segundo nivel que construimos en la ciudad de México, solo atiende al 20 % de la población y con esa misma inversión podríamos construir 12 veces esa distancia, en boulevares y sistemas de avenidas y calles a nivel los cuales atenderían de manera más eficiente el tráfico en la ciudad.

 

Los boulevares se han convertido en el mundo, la mejor forma de activar inversiones inmobiliarias activando empleos de valor, para nuestro país la joya del urbanismo es precisamente un boulevard… Paseo de la Reforma.

 

Paseo de la Reforma es el corazón vibrante de la ciudad de Mexico, social, iconográfica y corporativamente siempre lo ha sido, el país debería respetar su tradición urbana y debería dejar el modelo norteamericano de autopistas elevadas, que tanto ha daño a causado la ciudad y al país.

 

Maximiliano de Habsburgo fue quien ordenó la construcción de este boulevard para unir su residencia, el Castillo de Chapultepec, con la ciudad de México. El trazo de esta estuvo inspirado en la avenida de los Campos Elíseos de París, Francia.

 

A 146 años de su construcción, por mandato del emperador Maximiliano, Paseo de la Reforma es capaz de activar inversiones y ofrecer empleos de calidad, ofrece espacios urbanos de calidad mundial con equipamientos, áreas verdes, esculturas y fuentes que lo convierten en una referencia fundamental del buen urbanismo mexicano.

 

Paseo de la Reforma es para el urbanismo en nuestro país la mejor referencia para articular los espacios urbanos con boulevares, no con puentes a desnivel o distribuidores viales. En el imaginario del año 2050, seguramente el paseo de la reforma seguirá esplendoroso, al igual que muchos boulevares de nuestro país, en cambio los segundos niveles estarán en condiciones caóticas o en el mejor de los casos habran sido demolidos.

 

Los segundos pisos no benefician a nadie, no resuelven ni resolverán el congestionamiento vial ya que siguen concentrando el trafico en una sola ruta, no activan inversiones de valor. Los países desarrollados tratan de quitarlos de sus ciudades, en México los estamos construyendo cuando ya existen otras técnicas urbanas con mejor eficiencia probada.

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