Por Omar Suro
La ciencia de la política como disciplina intenta explicar los fenómenos vinculados al poder, su uso, conservación, manifestaciones y traslado. Desde los primeros pensadores de quien se tiene conocimiento como Sócrates, Platón, Aristóteles, Polibio, entre muchos otros, hasta esta época se han ocupado en explicar uno de los temas de mayor relevancia en el ámbito de la ciencia política, la democracia.
Con raíz griega, el vocablo hace alusión a la idea del poder del pueblo. Desde el siglo V ac en la antigua Grecia comenzaron a aparecer las primeras ideas en torno a la democracia, con características que distan en parte de lo que hoy en día conocemos, sin embargo, sentaron las bases sobre las cuales se constituye como uno de los anhelos de la mayoría de las naciones en la actualidad.
Con la constitución de los estados modernos, la idea de la democracia adquiere un carácter diferente. Los súbditos pasaron a ser ciudadanos y con ello se ampliaron sus derechos, responsabilidades y la relación con la autoridad. Las antiguas monarquías muchas de ellas caracterizadas por gobiernos despóticos y absolutistas, dieron paso a gobiernos cuyo respaldo estaba en la ley y las instituciones, garantizando con ello el respeto a las garantías y derechos que la sociedad había conquistado.
La democracia logra manifestarse de muchas y muy diversas formas. El estado de derecho, los poderes públicos y su equilibrio, la representación, los procesos electorales y otras formas de participación política y social, así como el respeto a las garantías, entro otros, le brindan a la democracia esa idea del poder del pueblo.
Una de estas formas, que puede ilustrar la idea de la democracia y de reciente reconocimiento por su trascendencia y relevancia, es la transparencia. En México el tema es relativamente nuevo. Si bien la constitución hace referencia al derecho a la información, no es sino hasta principios de siglo que se le otorga un valor fundamental para el desarrollo democrático.
Las entidades federativas, los ayuntamientos y el gobierno federal transitaron por un proceso de modernización política y jurídica al dar paso a reformas importantes en sus contenidos legales y sus estructuras administrativas. Estos cambios han obligado a generar espacios necesarios y suficientes que se traducen en la veracidad de la acción pública. Poner en manos de los ciudadanos la información que ilustre los actos gubernamentales (con sus salvedades), así como rendir cuentas, es decir, explicar los fundamentos de estos actos, son premisas para sentar las bases democráticas.
Ello supone más allá de la posesión de la información, la apertura hacia una mayor participación social en los asuntos públicos. Es decir, generar los vínculos necesarios entre autoridad y sociedad para dar paso a la práctica democrática en el ejercicio del poder.
La toma de las decisiones de los asuntos públicos, su ejecución, control y evaluación son tareas que de forma conjunta deben llevar a cabo sociedad y gobierno. Una de las formas para que este ejercicio se lleve a cabo, es a través de generar confianza entre ambos actores. Es entonces, la transparencia, un valor fundamental en esta tarea.
Corresponde a ambas partes que la transparencia se vuelva una realidad y contribuya a la consolidación de un estado más democrático. Por un lado la autoridad deberá entender que poner al alcance de la sociedad la información sobre sus actos es un síntoma de respeto, acercamiento y confianza y por otro lado, la sociedad deberá privilegiar este derecho haciéndolo valer a favor de su propio desarrollo y bienestar.