Doctora Patricia Liliana Cerda Pérez
Coordinadora del Centro de Investigaciones FCC / UANL
Los hogares, la política, la economía, la educación, la participación ciudadana y hasta el medio ambiente han sido revolucionados en sus esquemas de trabajo por el permanente y sistemático avance de las TICS. En los últimos 30 años, las tecnologías han impactado los sistemas de producción industrial con repercusiones directas en las finanzas mundiales, las relaciones políticas y hasta las formas de comunicación familiares, personales y sociales.
Desde la casa, la gente reserva boletos de avión o se interconecta para buscar trabajo, becas, apoyo en servicios sanitarios – como consulta a expertos en medicina o psiquiatría-; y, en las naciones desarrolladas, hasta vota electrónicamente en los plebiscitos. Desde su celular, más de 750 millones de personas en el Continente Americano tienen acceso no sólo a la telefonía móvil, sino también a cámaras fotográficas, agenda, servicios de internet, reproducciones de videos y, entre lo más novedoso, hasta el GPS. (1)
La telefonía móvil, el celular la radiodifusión y la televisión, junto a Internet y el mundo de las computadoras, permiten la información y la comunicación a millones de usuarios en el mundo. Con ello, desde el mundo de la política hasta las compras en los hogares se han modificado.
Los políticos y los partidos tienen hoy portales, páginas web o correos electrónicos, para mantener la interactividad e interconexión con sus simpatizantes; las administraciones federales, estatales y municipales impulsan la presentación de los llamados e-administración o «gobiernos electrónicos», para agilizar pagos de impuestos y otros servicios con sus ciudadanos; y las comunidades con esquemas como twitter o face book, se intercomunican para recibir y dar información de toda índole: política, económica, académica y hasta personal, con todo y los riesgos que esto conlleva.
SUPERAC IÓN DE LA BRECHA DIGITAL
En materia de Tecnologías de la Información y Comunicación, la telefonía móvil en el Continente Americano prácticamente ha superado la llamada brecha digital que divide a los países ricos de los pobres. En nuestra región, de 80 millones de abonados que se calculaba contaban con Internet en 2003, se elevaron, para 2009, a poco más de 115 millones, debido en parte a la proliferación de instalaciones de acceso público.
Aun con tales progresos, el último reporte sobre Sociedad de Información de la Oficina de Desarrollo de Telecomunicaciones indica que algunos ámbitos deben recibir especial atención, en particular el acceso en los hogares y la penetración de la llamada banda ancha, que aún mantiene perfiles bajos en las naciones en desarrollo de América Latina.
Este mismo organismo indica que, si bien la región se mantiene entre los líderes en cuanto al establecimiento de una presencia web de la administración pública, es imprescindible utilizar el éxito de las aplicaciones del gobierno electrónico para incluir a otros sectores, tales como empresas, educación y salud.
«En resumen -expone-, América Latina y el Caribe cuentan con algunas ventajas en comparación con otras regiones en desarrollo. Los niveles de alfabetización son relativamente elevados, al igual que el grado de urbanización (lo que reduce el costo de las redes). La región también puede sacar provecho de unas características lingüísticas y culturales similares. Los encargados de elaborar estrategias de crecimiento deberían adoptar las mejores políticas para fomentar el desarrollo de las TIC´s en sus países, pues, en caso de lograrlo, la región en su conjunto tendría grandes posibilidades de aumentar al máximo los beneficios que aportan las tecnologías de la información y la comunicación».
PERO TAMBIÉN TIENEN SUS CONTRAS
Por su parte, esta misma sociedad ávida de tecnología ha aprendido -como decía el Papa Pío XII- que no todo lo técnicamente posible es moralmente aceptable. Ahí están millones de palabras e imágenes pervertidas y perversas derivadas de la pornografía, trasmitidas vía Internet; los rumores, las desinformaciones y las calumnias contra honras personales e instituciones, difundidas electrónicamente, que hoy son cuestionadas e interpeladas por las comunidades de nuestros países.
Esta misma sociedad, que casi intuitivamente aprovecha las tecnologías en la prevención de catástrofes, como huracanes o epidemias, utiliza medios como celulares, computadoras, televisión e internet, entre otros, para transmitir y recibir contenidos referidos a su cotidianeidad; precisa, por parte de los gobiernos, recursos adecuados para la formación y educación de las personas responsables de supervisar las políticas TIC.
En la educación y la formación está la clave para los gobiernos y para nosotros como sociedad.
(1) Perfiles Estadìsticos de la Sociedad de la Información . División de Estadísticas e Información Sobre Mercado de la Oficina de Desarrolo de Telecomunicaciones de la Unión Internacional de Comunicación.
(2) Ibidem, p. 58.