(Por Michel Ameutent. Tomado de Paris Match, traducción de Félix Ramos Gamiño)
Desde que fueron llevados al Zoológico de Toronto, hace un año, Buddy y Pedro comparten el mismo nido, un nido de amor. Sin embargo, este amor no es del todo bien visto por las autoridades del establecimiento, que en fechas recientes descubrieron su relación y han ordenado que se les separe. Ahora, y por la supervivencia de su especie, estos dos pingüinos machos, de especie africana, deberán acallar sus sentimientos.
Rápidamente denominada “Brokeback Iceberg”, (por la película “Brokeback Mountain”, que narra el amor prohibido de dos cowboys), la historia de los dos pingüinos homosexuales se ha difundido por el mundo entero, tras la decisión tomada por las autoridades del zoológico, de separarlos, de acuerdo con el reporte de “Toronto Star”. Buddy, de 21 ans, y Pedro, de 10, crecieron en un zoológico de Ohio, donde nació su relación. Tras darse cuenta de que las dos aves vivían juntas, los guardias notaron gestos y actitudes que no dejaban lugar a dudas.
“Ellos tienen encuentros amorosos, encuentros de acoplamiento, como lo harían machos y hembras”, explicó uno de los guardias a “Toronto Star”. Para el zoológico, que no ha tenido pingüinos africanos desde 1993, el hecho de que dos representantes machos de esta especie monógama estén juntos constituye un verdadero problema. En efecto, la raza africana está en peligro de extinción por lo que su reproducción es de capital importancia.
Buddy et Pedro, “unidos pòr fuerza” a dos hembras
Buddy y Pedro van a ser unidos por la fuerza a dos de las seis hembras que tiene el zoológico (el cual cuenta con un total de 12 pingüinos). Ambos chicos conocen ya a sus nuevas concubinas, con las que diariamente se divierten en un gran estanque, bajo la divertida mirada de los visitantes. Buddy deberá entenderse con Farai, de tres años. Por su parte, Pedro hará lo propio con Thandiwey, de cuatro años. Aunque Buddy, que es once años mayor, ha conocido ya el amor de una hembra, para Pedro será ésta la primera ocasión.
Evidentemente, el anuncio de la separación de los enamorados ha herido el romanticismo de muchas personas y ha provocado una serie de vivas reacciones. En efecto, después de que la aventura de Pedro y Buddy fue dada a conocer por los medios y las redes sociales, el zoológico ha recibido centenares de llamadas telefónicas y de correos electrónicos. El curador del zoológico, Tom Mason, ha incluso explicado que recibió la llamada de una persona que se identificó como miembro de la “Asociaciòn Canadiense por los Animales Gay”, que parece no existir en realidad.
“Es complicado, pero dan la impresión de tener una relación amorosa”
“Los pingüinos son animales tan sociables, que tienen necesidad de esta compañía”, ha explicado Tom Mason, antes de subrayar que los dos animales formaban parte de un “grupo de célibes que estaban en espera de ser acoplados con hembras”. Pedro y Buddy “llegaron en pareja, y nuestro trabajo consiste en hacerla de intermediarios para que encuentren hembras”, manifestó. Pero, para poner freno a cualquier acusación de insensibilidad –dígase homofobia- la dirección del zoológico se apresuró a manifestar que Buddy y Pedro podrán reunirse nuevamente, una vez que hayan cumplido su misión de machos reproductores.
Es complicado, pero ellos dan la impresión de haberse involucrado en una relación amorosa o algo por el estilo, comentó Joe Torzsok, patrocinador del zoológico, quien no es del todo impermeable al romanticismo. “Muy pronto, nuestros dos tórtolos podrán vivir nuevamente lado a lado y, ¿por qué no?, abordar el asunto de la homopaternidad. En 2009, Roy y Silo, dos pingüinos gay, del zoológico de Central Park, incubaron un huevo y educaron juntos al pequeño Tango. Si Farai y Thandiwey están de acuerdo en ser compartidas, Buddy y Pedro podrán, como en un cuento de hadas, vivir felices y tener muchos hijos.
