MEC. Gisela Aguilar Martínez
El punto de inflexión exacto para este sistema crítico es incierto, pero los resultados de un nuevo estudio son alarmantes y aportan nuevas pruebas de que podría llegar antes de lo que se pensaba.
Investigaciones recientes arrojan que las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico Norte en un área al sur de Groenlandia han cambiado durante un período de 150 años entre 1870 y 2020.
La circulación de vuelco meridional, es un complejo sistema de corrientes oceánicas del Atlántico (Atlantic Meridional Overturning Circulation, o AMOC, por sus siglas en inglés) podría colapsar hacia mediados de este siglo, o incluso tan pronto como 2025, debido a la emisión de contaminantes que calientan la Tierra.
Las corrientes oceánicas del Atlantico son una compleja red de corrientes que funciona como una gigantesca cinta transportadora global. Transporta agua cálida desde los trópicos hacia el Atlántico Norte, donde el agua se enfría, se vuelve más salada y se hunde profundamente en el océano antes de extenderse hacia el sur.
Ademas de jugar un papel crucial en el sistema climático, ayudando a regular los patrones climáticos globales, desempeña funciones muy importantes en el ciclo del carbono de nuestro planeta. Se estima que AMOC secuestra aproximadamente 0,7 petagramos de carbono (PgC) al año, convirtiéndola en el sumidero de carbono más grande del hemisferio norte.
El secuestro de carbono es un proceso natural que permite la absorción y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. Las plantas, los océanos y ciertos tipos de suelo pueden actuar como sumideros de carbono, absorbiendo CO2 de la atmósfera.
Dicho proceso de secuestro tiene implicaciones significativas para la evolución del calentamiento global causado por la mano del humano. Esencialmente, los sumideros de carbono como la AMOC ayudan a reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera y, por lo tanto, desempeñan un papel fundamental en la moderación del calentamiento global.
Aunque, la eficacia de las corrientes oceánicas del Atlantico como sumidero de carbono puede verse amenazada por su debilitamiento. Desde hace años, los investigadores han estado alertando sobre su inestabilidad a medida que la crisis climática se acelera, amenazando con alterar el equilibrio de temperatura y salinidad en el que depende la fuerza de estas corrientes.
Conforme los océanos se calientan y el hielo se derrite, más agua dulce fluye hacia el océano y reduce la densidad del agua, haciéndola menos capaz de hundirse. Cuando las aguas se vuelven demasiado dulces, demasiado cálidas o ambas, la cinta transportadora se detiene.
Este suceso ya había ocurrido antes. Hace más de 12.000 años, un rápido deshielo de los glaciares causó que las corrientes oceánicas del Atlantico se detuviera, provocando enormes fluctuaciones de temperatura en el hemisferio norte de 10 a 15 ºC en una década.
En un informe emitido en 2019 por parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas predijo que Las corrientes oceánicas del Atlántico se debilitaría a lo largo de este siglo, pero que su colapso total antes de 2100 era poco probable.
Este nuevo estudio llega a una conclusión mucho más alarmante. Como la AMOC solo se ha estado monitoreando de manera continua desde 2004, los autores del estudio recurrieron a un conjunto de datos mucho más grande y que podría mostrar cómo se comportaban las corrientes en un período sin cambio climático causado por el ser humano.
En estos estudios se analizaron las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico Norte en un área al sur de Groenlandia durante un período de 150 años entre 1870 y 2020. Esta parte del océano se calienta con el agua transportada hacia el norte desde los trópicos por Las corrientes oceánicas del Atlántico, de modo que, si se enfría, es porque estas se están debilitando. A continuación, se restaron los impactos del calentamiento global causado por el ser humano en la temperatura del agua para comprender cómo estaban cambiando las corrientes.
Diversas organizaciones solicitan medidas rápidas y efectivas para reducir a cero la contaminación que calienta el planeta, para disminuir las temperaturas globales y frenar el deshielo en el Ártico. El punto clave de este estudio es que no tenemos mucho tiempo para hacerlo.